Reflexiones de mi vida

martes, 26 de abril de 2011

Cuando me enamoraba


Cuando era joven y llegué a enamorarme de verdad, me embargaba un sentimiento tan grande que sentía deseos de gritarle al mundo cuanto amaba a esa persona;  subir a una montaña muy alta y gritar FULANOOOO,  TE AMOOOOOO!

Hoy, me embarga esa misma sensación, pero no va dirigida a hombre alguno y tampoco es la misma clase de amor. 

Mi corazón reboza de cariño hacia ËL (mi Dios y Creador) y ese amor sublime me hace sentir los mismos deseos de gritar cuanto lo amo y cuanto agradezco su bondad, su cuidado, su amor, su amistad, su perdón y su lealtad para conmigo.

Hace ya 26 años comencé a subir a su santa montaña, y mientras he ido por el camino de subida, he podido decirle y demostarle cuanto amor, cariño y ternura  siento hacia ËL.

 Llevar su nombre, hablar de ËL a todo el que se pueda, esforzarse y pedirle ayuda para obedecerle, ¿que mejor manera de demostrarle ese amor que tanto se merece, sino es obedeciendo su voz, defendiendo su nombre, amando a su organización y a toda la hermandad?

Esa es la mejor manera de decirle cuanto amor albergamos en nuestro corazón, al hacerlo es como si estuviésemos gritándole a viva voz y desde su Santa Montaña:
JEHOVÁ, TE AMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!


2 comentarios:

ana dijo...

MUY LINDO POST! Y MUY MUY MUY, LINDO ESE SENTIMIENTO, COMPARTIDO X TODOS TUS HERMANOS EN ESTA HERMOSA FAMILIA ESPIRITUAL,
CUIDATE Y TE MANDO UN ABRAZO , BIEN APRETADO!!!

Sandy dijo...

Ya recibi tu abrazote Anita. Besos muaaaaaaaaa :*