Cuando era joven y llegué a enamorarme de verdad, me embargaba un sentimiento tan grande que sentía deseos de gritarle al mundo cuanto amaba a esa persona; subir a una montaña muy alta y gritar FULANOOOO, TE AMOOOOOO!
Hoy, me embarga esa misma sensación, pero no va dirigida a hombre alguno y tampoco es la misma clase de amor.
Mi corazón reboza de cariño hacia ËL (mi Dios y Creador) y ese amor sublime me hace sentir los mismos deseos de gritar cuanto lo amo y cuanto agradezco su bondad, su cuidado, su amor, su amistad, su perdón y su lealtad para conmigo.
Hace ya 26 años comencé a subir a su santa montaña, y mientras he ido por el camino de subida, he podido decirle y demostarle cuanto amor, cariño y ternura siento hacia ËL.
Llevar su nombre, hablar de ËL a todo el que se pueda, esforzarse y pedirle ayuda para obedecerle, ¿que mejor manera de demostrarle ese amor que tanto se merece, sino es obedeciendo su voz, defendiendo su nombre, amando a su organización y a toda la hermandad?
Esa es la mejor manera de decirle cuanto amor albergamos en nuestro corazón, al hacerlo es como si estuviésemos gritándole a viva voz y desde su Santa Montaña:
JEHOVÁ, TE AMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!
2 comentarios:
MUY LINDO POST! Y MUY MUY MUY, LINDO ESE SENTIMIENTO, COMPARTIDO X TODOS TUS HERMANOS EN ESTA HERMOSA FAMILIA ESPIRITUAL,
CUIDATE Y TE MANDO UN ABRAZO , BIEN APRETADO!!!
Ya recibi tu abrazote Anita. Besos muaaaaaaaaa :*
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