Reflexiones de mi vida

domingo, 23 de enero de 2011

Qué generación...!



Hay una generación que hasta contra su padre invoca el mal, y que ni siquiera a su madre bendice.  Hay una generación que es pura a sus propios ojos, pero que no ha sido lavada de su propio excremento. Hay una generación cuyos ojos se han hecho ¡oh, cuán altaneros!, y cuyos ojos radiantes están elevados.   (Prov 30:11-13) 
 Qué angustiante es vivir bajo el mismo techo con alguien de esta generación, es como si el propio Opositor, Calumniador y Devorador viviese a tu lado; una madre no deja de amar a un hijo, pero las madres sí nos cansamos, nos decepcionamos y llegará el momento en que nuestro corazón sea como roca de pedernal. El propio Dios hubo de echar a los rebeldes de su lugar de habitación. De esto continuar como va...¿me veré en la necesidad de hacer lo mismo? o quizá la mejor solución sea que yo me aleje de quienes me han hecho, me hacen y continúan haciendome tanto daño!



 Porque he llamado, pero ustedes siguen rehusando; he extendido la mano, pero no hay nadie que preste atención, y ustedes siguen descuidando todo mi consejo, y mi censura no han aceptado; yo también, por mi parte, me reiré del propio desastre de ustedes, me mofaré cuando venga lo que los llena de pavor,  cuando lo que los llena de pavor venga justamente como una tempestad, y el propio desastre de ustedes llegue aquí justamente como un viento de tempestad, cuando la angustia y los tiempos difíciles les sobrevengan. En aquel tiempo ellos seguirán llamándome, pero yo no responderé; seguirán buscándome, pero no me hallarán,  por razón de que odiaron el conocimiento, y no escogieron el temor de Jehová. No consintieron en mi consejo; mostraron falta de respeto a toda mi censura. De manera que comerán del fruto de su camino, y se hartarán de sus propios consejos.  Porque el renegar de los inexpertos es lo que los matará, y lo despacioso de los estúpidos es lo que los destruirá. (Prov 1: 24-32)

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